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El sol despierta, después de un día agotador y en medio de la nada, solo queda seguir volando. Las fuerzas se resienten. Escapando de la desolación, el día 17 de septiembre, Humboldt recorre sin parar de volar los 400 km de pleno desierto, pero no es suficiente.
"Passe de djouk" by bob rayner - Passe de Djo�k Uploaded by bobrayner. Licensed under CC BY 2.0 via Wikimedia Commons.
La aspereza de las arenas de Mauritania parece no tener fin. La joven pescadora lo intenta de nuevo un día y otro más, pero sus energías flaquean, y para hacer otros 400 km, ha necesitado, en este caso, dos días de vuelo.
Con el ímpetu heredado de sus antepasados que igualmente se tuvieron que enfrentar al desamparo del Sáhara, Humboldt reúne las pocas fuerzas que le quedan para hacer un esfuerzo más. En el amanecer del 20 de septiembre, la pescadora afronta una nueva escala de otros 200 km.
Aún así, y no sabemos por qué, en este día cambió su dirección hacia el Sur por volar hacia el Oeste. Tal vez los fuertes vientos la arrastraron y le hicieron perder sus valiosas y escasas reservas inútilmente. Si no encuentra pronto un lugar benigno donde descansar y alimentarse, podría ser el último, pero rendirse no entra en sus planes.
Región de Tagant. Humboldt, agotado, solamente vuela unos 170 km el día 21, aunque, al menos, recupera el rumbo. Al atardecer, atisba algunos asentamientos humanos, sobrevolando los cielos de la capital de Tidjikja. Su arrojo pronto va a ser recompensado.
"Adrar-Mother&daughter" by Ji-Elle - Own work. Licensed under CC BY-SA 3.0 via Wikimedia Commons.
Cual espejismo, el día 22 en torno a las 12:00 pm, la joven pesadora llega a la Región de Assaba, donde vuelve a ver el agua y algo de verdor. Lo último que sabemos de Humboldt es que sobrevoló la población de Guerou, cerca de la capital de Kifa, y siguió para descansar en un hermoso lago. Pronto llegará al río Senegal y todo su esfuerzo habrá merecido la pena.
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