Fin de viaje

Este parque nacional cubre aproximadamente el 40% de las 180.000 hectáreas que tiene la totalidad del Delta de Sine-Saloum, una red de canales de agua salobre con más de 200 islas, bosques frondosos de mangle y zonas costeras atlánticas. Se trata de un espacio natural protegido conocido por su gran diversidad y abundancia de aves acuáticas. Sin duda un lugar propicio para la invernada de nuestra águila pescadora.

A pesar de ser el delta de Sine-Saloum un lugar propicio para la invernada, Cousteau opta el sábado 24 de Setiembre por proseguir viajando hacia el sur. A las 13:00 sobrevuela Banjul, la capital de Gambia, y se interna de nuevo en el sur de Senegal, una región en donde la confluencia del río Casamance con el océano atlántico crea una auténtica maraña de islas, canales y bosques de mangle. Allí Cousteau pernoctó en el borde de un brazo del río, tras haber recorrido 115 km. El domingo cambió de rumbo dirigiéndose hacia el oeste, hacia Ziguinchor, la ciudad más importante de la región. Tras recorrer algo menos de 80 km, buscó un lugar seguro para dormir en la ribera de uno de los brazos del río Casamance. Al día siguiente retrocedió unos pocos kilómetros río abajo. Algunas posiciones a baja altura y velocidad parecían indicar que estaba pescando y que estaba buscando o quizás ya había encontrado un buen lugar de invernada. El jueves día 29 de Setiembre permanecía en la misma zona, así que parece que por fin ha encontrado un lugar de su agrado para pasar el invierno, a 3.600 km del País Vasco, su hogar de adopción.

Las jóvenes águilas pescadoras compiten con los ejemplares adultos por las mejores zonas de pesca, así que se ven obligadas la mayoría de las veces a ocupar hábitats menos óptimos lo que a la larga puede traducirse en una menor tasa de supervivencia. Los peligros que durante la migración e invernada han de salvar las águilas pescadoras determinan que más del 80% de los ejemplares juveniles mueran durante los primeros dos años de vida. Si Cousteau es capaz de sobrevivir se mantendrá en África un par de inviernos para regresar por primera vez al norte de la península Ibérica en la primavera de 2018. Una vez allí comenzará a buscar territorio y pareja para reproducirse unos años más tarde. Esperemos que lo consiga.