DARWIN 22 de septiembre,- Los tendidos eléctricos vuelven a ponerse en el camino de las águilas pescadoras.

Como pasó el año pasado con el águila pescadora Artia la cual resultó electrocutada en el monte Oiz, este año Darwin ha corrido la misma suerte en la Rioja, a pocos kilómetros de Logroño.
Los últimos datos recibidos del transmisor nos hacían sospechar que algo malo había ocurrido ya que la señal se repetía hora a hora en el mismo lugar. Nuestras dudas fueron resueltas cuando uno de los técnicos de Urdaibai Bird Center se desplazó al lugar para comprobar lo que había pasado y efectivamente, ahí se encontraba nuestra joven pescadora, abatida junto a la torreta eléctrica.

Lugar donde se encontró Darwin.

Darwin junto a la torreta eléctrica.

Mediante el anillamiento científico se sabe que el porcentaje de mortalidad de las jóvenes águilas pescadoras es muy alto, superior al 80%, durante sus dos primeros años de vida. Las causas de esta mortalidad son múltiples. Entre las causas naturales una es la depredación, tal y como hemos podido comprobar en el caso de Iradier, que murió en Almería víctima probablemente de un Búho real. Otra es la inexperiencia juvenil que hace elegir la ruta peor, no saber medir las fuerzas antes de iniciar la migración o no ser capaz de pescar eficientemente.

Sin embargo, hay causas de muerte que nada tienen que ver con la Naturaleza, sino que se derivan de la actividad humana. En Europa una de las más importantes es la producida por la red de electricidad que causa la muerte anual de miles de aves por choque contra el cableado o electrocución en los apoyos. Las aves que se ven más afectadas son las de gran envergadura, principalmente garzas, cigüeñas y rapaces. En Doñana por ejemplo, durante años los científicos se preguntaban a dónde irían a parar los pollos de Águila imperial que nacían cada año. Cuando se pusieron a investigar la respuesta fue demoledora: la mayoría morían electrocutados en cuanto abandonaban el Parque Nacional.

Tendido electrico bajo el cual se encontró Darwin.

Zona en la que se encontró Darwin.

Durante el programa de reintroducción de la Cigüeña blanca en Urdaibai se constató el elevado tributo que los tendidos eléctricos hacían pagar a la población de cigüeñas que se quería reintroducir, afectando al 20% de los ejemplares. Afortunadamente en los años posteriores se acometió la corrección de aquellos tendidos que resultaban peligrosos de forma que en la actualidad el peligro de electrocución o choque es bajísimo en toda la Reserva de la Biosfera de Urdaibai. Lamentablemente fuera de Urdaibai y a lo largo de la ruta migratoria todavía hoy hay muchas torretas de electricidad que no han sido corregidas lo que sin duda tiene consecuencias importantes en la tasa de supervivencia de nuestras águilas.